SOLTAR LASTRE - EL PERDON por alejandro vaquerizo
SOLTAR LASTRE - EL PERDON por alejandro vaquerizo
jueves, 6 de noviembre de 2014
La mitad de la incesante actividad inconsciente de nuestra mente calenturienta, proviene de hechos que ya han pasado, que tendrían que haber pasado o que no llegaron a pasar, pero pertenecen a aquel lado de la línea del tiempo. La otra mitad están proyectados hacia el fututo, a lo que voy o no voy a hacer, a la preocupación sobre algo o a lo que voy a tener cuando suceda tal cosa... Solo unos pocos se libran y nos acompañan en el momento presente, aunque esos momentos en realidad no se piensan, simplemente se viven.
Dentro de esa primera mitad, la mayoría están relacionados con uno de los actos de más amor, más liberadores, importantes que podamos manifestar y por ende más difíciles de conseguir, el perdón.
El perdón. Qué pasa que nosotros nunca cometemos actos de soberbia, de orgullo, de vanidad? Nunca nos enfadamos, gritamos, manipulamos, ...? A lo mejor no siempre de una manera directa, pero y soslayada o sibilinamente? Lo hacemos, claro que sí, mucho y no pasa nada, no somos ángeles, somos sólo humanos y es normal que cometamos errores. Aunque para nosotros a menudo no lo sean, sólo son los demás los que nos ven así. Que equivocados están. O quizá ... no tanto.
Y los errores por ausencia, que es uno de los que menos conscientes somos? lo que en un momento dado dejamos de hacer, no hicimos, y la persona afectada lo sufre, sin que nosotros seamos conscientes de lo que hicimos por no haber hecho. Esos son casi los peores porque nos enteramos menos o nada, no somos ni siquiera conscientes de la consecuencia de nuestros no-actos.
Seguramente respecto a tantos actos de nuestra vida, no aceptaremos ni reconoceremos que hemos sido así, a pesar de lo que nos hayan dicho. Al fin y al cabo no somos en realidad nosotros, es una vez más nuestra gran máscara de la vida, nuestra gran coraza y armadura, nuestro otro yo, el omnipresente ego. Y como sabemos está fuertemente construido y afianzado, precisamente con todos esos "valores" como cimientos. El ego es orgulloso y soberbio, emocionalmente vulnerable, miedoso a más no poder y por supuesto ego-ista, ego-céntrico y egó-latra.
....O quizá si, en algún momento seamos capaces de reconocer que hemos pecado de exceso de ego o de cualquier otra falla en nuestra conducta. Y, en ese caso podemos perdonarnos? Nos podemos perdonar de verdad por todo lo que hemos hecho o hemos dejado de hacer alguna vez en nuestra vida? A veces, y si no podemos ya echaremos tierra de alguna manera para quedar por encima y no sentirnos tan mal.
Qué es el perdón? La mejor definición que he escuchado nunca es la de "recordar sin dolor".
Efectivamente no tenemos acceso consciente a nuestra memoria, no podemos decidir qué vamos a recordar y qué no. Lo que es cierto es que la mente, por autodefensa, tiende a recordar más los episodios más conflictivos, lo que le hizo daño, el dolor. Mente defensora, preservadora, protectora.
Inevitablemente nos viene a la cabeza, con demasiada frecuencia seguramente, aquel episodio, eso que nos hizo esa persona, ese acontecimiento que no podemos olvidar. No podemos perdonarle, de la misma manera que, si somos sinceros, tampoco podemos perdonarnos por aquello otro ....
Pero estáis seguros que él se ha perdonado? que él no lo piensa? nunca le dais vueltas a algo que hicisteis mal? Quizá lo mismo que él.
Sólo habremos perdonado cuando seamos capaces de recordar a esa persona con eso que nos hizo y conseguir que sea como el viento que se mece, como esos pensamientos que pasan, que no se quedan, que no resuenan con nada dentro de nosotros, que nada se agita. Todo permanece el calma. Incluso sentimos algo de compasión porque, al igual que nosotros, le reconocemos como una alma imperfecta. Nos identificamos, somos uno con él. No somos más, no nos sentimos superiores porque él se equivocó y nosotros no. Entendemos que el error es parte del aprendizaje, para el y para nosotros y que además, alguien está sufriendo también en silencio nuestros errores.
Si perdonar es un gran acto de amor, para poder perdonar lo primero que tenemos que ser capaces es de perdonarnos, aceptarnos, querernos como somos. Pero eso es bien complicado muchas veces. Porque lo aceptemos mejor o peor, somos conscientes de nuestra precariedad como humanos y de que sacamos insuficientes en algunas asignaturas de la vida. Eso si, lo encubrimos de mil maneras, nos justificaremos como sea, no vaya a ser que alguien nos descubra y de paso nos sentiremos menos mal.
Pero el exterior está ahí para hacérnoslo ver. Y cuesta, vaya si cuesta. Por eso lo encriptamos como a un residuo tóxico que es lo que queremos que sea. Y nos ponemos como fieras sin alguien osa hacérnoslo ver. A menudo nuestra pareja, que es a quien hemos elegido para compensar esas grietas de nuestra personalidad, y que al final es nuestro más grande y como tal, cruel espejo.
Si no podemos amarnos como somos, cómo podremos amar, aceptar y perdonar al de fuera?
Hay que empezar por uno mismo. Pero cómo se hace? Porque mira que a veces somos defectuosos eh? En realidad el problema es ese, que no somos defectuosos, simplemente somos humanos, somos "seres espirituales viviendo una experiencia humana". Estamos aquí para aprender a ver las cosas con otro prisma. Hoy llueve, está bien o mal? Este genio que tengo, es siempre malo? No es verdad que algunas veces nuestro carácter en ocasiones nos ayuda, nos permite conseguir algo o escapar de algo, o darnos cuenta de cosas, o enfrentarnos a alguien, o...?
"No creas que porque en aquel no lucen las virtudes que tu piensas, no será precioso ante Dios porque lo que no piensas". No me gusta mencionar a Dios, pero esta bonita frase me vale para ilustrar que todos tenemos cosas que nos gustan más de nosotros y aspectos que tenemos menos trabajados, asignaturas de nuestra conducta que tenemos que estudiar más o recuperar. Pero que incluso esas en ocasiones hasta esas que tildamos de negativas, se pueden tornar beneficiosas. Y a nuestro vecino le pasa lo mismo, lo que sucede es que a menudo confundimos lo que no nos gusta del otro por la envidia que le tenemos. Pensad en ello.
De verdad equivocarse en tan malo? No aprendemos de los aciertos, incluso un acierto no sería tal si no hubiera también des-aciertos. Nuestro profe que es la vida y los demás, todo está ahí para algo, aunque sea para enseñarnos cómo no queremos ser. Si te regañan y te quedas refunfuñando, sólo conseguirás alejarte más de esa persona y de ti mismo.
Un pasito cada día. "La felicidad no está al final del camino, es una determinada forma de caminar".
Si el primer perdón es hacia nosotros mismos, el segundo es hacia nuestros padres.
En los primeros años de nuestra vida, llenamos la pulcra paleta con la que venimos a la vida de colores con los que iremos poco a poco dibujando nuestro escenario de la vida. Ahí crearemos nuestra personalidad, nuestro carácter y por omisión nuestra sombra personal. El software que dirá cómo nos manejaremos en el futuro.
Y grabaremos en el subconsciente episodios, creencias, rechazos, heridas, emociones, sensaciones ... que condicionarán nuestro comportamiento y reacción ante los devaneos de nuestro turbulento mundo emocional.
Una historia que ocuparía varios libros.
Muy a menudo, la respuesta a ciertas reacciones emocionales inconscientes que durante la vida observaremos en nosotros mismos, provengan de esos años, años en los que me sucedieron amargos episodios, sentí represión, reprobación, culpa, inseguridad, falta de cariño, ... Y en la incesante búsqueda por aquellos momento dolorosos que han conformado esas grietas de mi mundo del corazón, aparezcan nuestros padres, que por acción u omisión, han clavado una daga que todavía sigue ahí.
Y claro, les echaremos toda la culpa posible, toda la responsabilidad por sus actos y de esa manera nos sentiremos un poco mejor, nos aliviaremos del peso de la responsabilidad, porque una vez más hemos conseguido cargar a otro con ese muerto.
La verdad es que en tantos casos uno arrastra indefectiblemente conflictos con sus padres en la infancia durante toda su vida y es normal que ese sea un punto más que decisivo en la respuesta emocional de una persona a lo largo de toda su vida. Las terapias a un nivel profundo a menudo se remontan a esos años, a ese tipo de conflictos, en definitiva a los padres y desde luego merece un tratamiento espacial, un revisión a conciencia.
Pero a un nivel más doméstico me gustaría exponer unas reflexiones personales.
Para mi, a la hora de trabajar el perdón a los padres, por el que de una u otra manera todos hemos de pasar, fue decisivo cambiar mi pensamiento anterior de que "a mi me ha tocado esta familia", por el de que “yo elijo a mis padres”. Entiendo que de entrada es algo duro, implica aceptar muchas otras cosas antes y quizá no estéis por la labor. Si es así no comulgaréis con esta primera parte.
Reconocer que esa es mi elección, supone entender que yo, donde quiera que estuviera antes de volver a vivir en este cuerpo, sabía lo que quería hacer, era consciente de qué venía a hacer aquí, qué quería aprender con este nuevo vehículo, y con quién. Me apuntaba a un curso determinado, sea en el país que sea y venía a un entorno propicio para mi aventura. Lo que apareció ante mi fue mi trabajo, la experiencia que yo quería tener, fuera del tipo que fuera. Allí, mejor y peor no existe. Lo que no integre de lo que me encontré esos años, indicará lo que todavía me queda por hacer. Lo que no le perdone a mis padres será con lo que no he sabido enfrentarme en mi vida y como tal, se me repetirá una y otra vez.
Y todo sin contar con que unos padres lo hacen lo mejor que saben, incluyendo ahí sus propia historia personal, su educación, esa época determinada, los valores de aquellos tiempos, sus conflictos, sus capacidades, su experiencia de vida, .... O creéis que ellos de verdad no han intentado hacerlo lo mejor que han sabido y han podido? Y vosotros no haréis lo mismo? Y... lo habréis hecho todo bien? Aprendamos de "sus errores" que son nuestras asignaturas.
Todo esto lo escribo para sentirme menos mal, para ver si se me queda algo. Porque una cosa es lo que uno escribe, lo que uno dice y luego lo que en realidad es. Anda que no largamos maravillas por esa boca y luego qué? Nuestro comportamiento en muchas ocasiones deja mucho que desear, por acción o por omisión, no lo olvidéis.
Y por eso no tenemos que querernos? De verdad no queréis a un hijo porque tiene defectos? Puede haber preferencias, pero el amor? Ese nunca se pierde.
Pues lo mismo que nosotros. Aprendamos a aceptarnos como somos, eso lo primero, no a negarnos. La negación produce rechazo y no debemos repudiarnos. Somos nosotros mismos, seres totales, igual que existe en la naturaleza la totalidad y en cambio hay mosquitos y ratas y cucarachas, ... Feos como nosotros, pero malos?? malos por feos??
Convivamos con nuestras carencias y aprenderemos a vivir con las de los demás. Soy rencoroso si. De dónde me viene? qué me quiere decir? Ah, tu también eh? Obsérvalo, míralo, déjale que te muestre lo que te quiere enseñar. Abrele la puerta no se la cierres. Que no te vean claro, no hagas alarde de ello porque seguramente será alguna cosa que puede hacer daño a los demás, que quiera manejar a otros, conseguir cosas para ti, no se, pero en fin, déjale que se exprese pero que se quede lo más posible en el ámbito de tu control.
De esa manera aprenderemos a conocernos, a permitirnos ser, plenos y de esa manera veremos plenos a los demás y empezaremos a trabajar el perdón. El perdón por la aceptación de lo que es, de lo que somos, de lo que son, de la creación en si. Aprenderemos de nuestros/sus errores y quizá ya no los veamos como tan "malos".
Entraremos en el ámbito también de la compasión, primo hermano del perdón.
Y ahí podremos perdonar, cuando nos perdonemos empezaremos a generar lo que somos, a irradiar. Porque no se puede dar lo que no se tiene.
Un acercamiento a un acto liberador, completo, lleno de amor, necesario. Un camino de crecimiento y despegue. Quitar trabas en nuestra experiencia de vida para elevarnos en nuestro conocimiento de lo que es y aprender a amarnos para poder así amar.