LA OSCURIDAD ES LA AUSENCIA DE LUZ por Alejandro Vaquerizo
LA OSCURIDAD ES LA AUSENCIA DE LUZ por Alejandro Vaquerizo
domingo, 21 de septiembre de 2014
Los eternos opuestos, el mundo de la dualidad en el que vivimos: el día y la noche, lo real y lo ilusorio, el dorso y la espalda, lo que vemos y lo que no, el bien y el mal, la sensación y la razón, pasado y futuro. Todo tiene dos caras, dos polaridades.
Sin embargo en esta última dualidad encontramos que ambas participan del mismo denominador común, el tiempo, que ya de por sí es una ilusión, y que ninguna en realidad existe, ninguna es, ya que una ya pasó y la otra será. Las dos parecen estar en el mismo lado de la moneda.
No podemos olvidar también que en este eterno yin-yang y como no podía ser de otra manera, se expresa también nuestra dualidad personal, nuestro YO real y nuestro YO "imaginario".
Una de las caras de esta moneda, este mundo de lo ilusorio, está gobernado por ese y YO llamado "ego". El es nuestra “identidad personal”, nuestro carácter. Este YO que vive con nosotros, es todo lo aprendido, muestra cultura, educación, creencias, nuestra opinión de las cosas, nuestros valores, y se alimenta de nuestro mundo visible, lo "real". Es el reino de la mente y domina nuestras emociones, que en definitiva son consecuencia de ésta, son su manifestación en el cuerpo.
Es cómo pensamos, y somos lo que pensamos. Nos coloca el modelo de gafas a nuestra medida para que veamos “la realidad” con los cristales que nos ha ido fabricando con el paso de los años. Se perpetúa y lucha con uñas y dientes para seguir existiendo, para subsistir, manteniendo para ello siempre una mente incansable, incesante, imparable, que llega a controlar y manipular nuestra propia vida, manteniendo entre otras cosas un flujo constante de juicios y pensamientos inútiles. Focalizada en el pasado como medio de identificación ya que es sólo eso, historia, y el futuro como medio de proyección y búsqueda de realización, de esperanza.
Es real en la medida que nosotros queremos que sea, pero dado que está configurado con patrones muy bien aprendidos y repetidos y como además no para, es casi imposible tomar consciencia, y aún consiguiéndolo, poder pararla. Su principal energía es el miedo porque teme deshacerse, no quiere dejar de ser quien es y de controlarlo todo. Por eso preserva, estanca, inmoviliza, lucha, se enfrenta, se enfada, conserva, previene, recela, impone, manda, juzga, niega... Estos son sus principales alimentos. Pruebe a añadir algunos más.
En la medida que hemos ido forjando esta personalidad, y en base a la dualidad personal que hemos construido, alimentamos también "nuestra sombra". La sombra es lo que hemos ido rechazando bajo el calificativo de “malo”. Es lo que nos han ido enseñando y hemos aprendido como lo que no está bien, lo que no debe ser, a quién no debemos querer. Es también la personalidad o el ego de los demás.
La sombra sólo puede seguir permaneciendo mientras no le de la luz.
En esa oscuridad está todo lo que no vemos o lo que no queremos ver, lo negado, de nosotros o de los demás, que en realidad es lo mismo, porque el mundo es sólo un espejo donde nos proyectamos, donde nos vemos reflejados, donde recibimos lo que damos, donde repetimos las lecciones que no aprendemos, donde podemos tomar consciencia que rechazamos de los demás lo que rechazamos de nosotros.
Pero si nos paramos un momento, vemos que todo lo que en realidad nos llena la vida, lo que nos hace sentir plenos de verdad y en cualquier situación, lo que hace que nos sintamos vivos, proviene de un lugar donde la mente no tiene acceso, de ese otro lado, de lo invisible, del mundo de la no-forma. La felicidad, la creatividad, la seguridad, la paz, el amor, son los máximos objetivos del ser humano. Se presentan, surgen, se experimentan, no se pueden explicar, no caben las palabras. Son lo que el mundo de la forma, de lo externo, no puede comprar. Acaso y en ocasiones pequeños atisbos, pero nunca de una manera constante.
Esto es la brecha en el tiempo, es la otra cara de aquella moneda, es lo que no es, lo contrario al pensamiento, a la mente, es la no creencia. Es la aceptación plena, el presente, el no-soy, nuestro otro YO. Nuestra identidad por encima de nuestras creencias, de nuestro pasado y de todo lo que se ha grabado en nosotros y de lo que podamos llegar a proyectar en el futuro.
El mundo real está SOLO ubicado en el momento presente, que en realidad es lo único que ES, donde en realidad tenemos todo el control, donde el SER, nuestro ser real se puede manifestar con total naturalidad, donde uno siente las cosas desde un lugar más allá de cualquier pensamiento, de cualquier forma externa. Donde la mente está parada, donde no se proyecta en el tiempo, ni para adelante ni para atrás.
Allí reside nuestro yo eterno, el ser que habita nuestro cuerpo, la consciencia plena, la que usa la mente cuando le interesa y evita pensamientos inútiles. El Raja, el Rey, el señor de nuestras potencialidades y gobernante de TODO nuestro ser, de las capacidades de éste nuestro vehículo para lograr su objetivo de felicidad y amor.
Nuestro deber es integrar, unir, el YOGA, hacer que vivamos en la luz el mayor tiempo posible.
El dolor, la pérdida, lo "malo", es una de las energías más importantes de cambio y transformación, de aprendizaje. A menudo genera creatividad, desarrollo, consciencia. El placer se torna en dolor cuando queremos que éste perdure, cuando natural e inevitablemente éste desaparece o disminuye, cuando nos queremos aferrar a él como nuestro ideal de vida. Dos polos que a menudo están más cerca de lo que nos han enseñado a apreciar. Cuando nos apegamos al “bueno” llamamos al “malo”, pero cuando aceptamos éste como medio de aprendizaje, nos dirigimos a aquel. Lo único constante es el cambio y cuando nos aferremos a lo real en cualquiera de sus formas, crearemos miedo a perderlo y volveremos a entrar en el juego de la mente.
Lo real es ilusión porque es temporal. Lo intangible es real porque nace de lo profundo del SER y es eterno.
El lugar donde todo es posible, todo es real y todo puede suceder, es nuestro momento de luz, es la luz en la sombra, es este momento. Uno puede llegar a ser consciente de que en este momento concreto puede pensar como quiera, o dejar de pensar como siempre lo había hecho, sólo con hacerlo. Yo lo he probado y es mágico.
Permítete cambiar radicalmente un pensamiento o creencia sobre algo. Sobre algo que te vienen/vienes repitiendo una y otra vez, algo sobre lo que te gustaría simplemente pensar de otra manera, o darte solamente la posibilidad de hacerlo a ver qué pasa, o incluso algo que intuyes, latiendo debajo de ese caparazón que crea tu “forma de pensar”.
Verás que en ese momento no pasa nada. No has dejado de ser tu, sólo has cambiado un patrón de pensamiento. Ya no es así porque es lo que siempre ha sido, porque es lo que me han enseñado.
En ese momento empiezas a ser de verdad tu mismo. Ya no eres tu mente ni tus pensamientos ni tus creencias. Eres quien está por encima de eso, quien no se apega a nada para tener identidad porque ES sin parecer. La luz, la otra cara de la moneda, lo que nunca has sido, el SER.
Un mero observador, testigo de ti mismo, de tus pensamientos sin identificarte con ellos, con tus valores sin creértelos del todo, sin pretender tener razón, por encima de los juicios y la crítica, con un respeto y una aceptación plena hacia todo lo que es, de la vida y su manifestación, del momento que vives sin pensar en el futuro, sin pre-ocuparte, sin defender una postura o una convicción que en realidad no tienes, sólo aparentas tener.
No has dejado de ser tu mismo, sólo que en eso, ahora piensas de otra manera. Tu otro yo, el “ego” se va a resistir, porque no le gustan para nada los cambios. Pero tu no eres él. Tu lo eres todo, todas las opiniones, todos los juicios, la totalidad.
Quizá si alguien puede participar contigo de ese pequeño cambio te verás como alguien mucho más integro, apoyará y reforzará tu paso, porque integridad es honestidad, a la par que, recordando el constante mundo de los opuestos en que vivimos, des-integrarás un poco esa coraza egóica a la que llevamos soportando desde que tenemos uso de “inconsciencia”.
El segundo patrón a modificar es ya un poco más fácil. Ahora que hemos visto que no pasa nada, que seguimos siendo nosotros, que no nos hemos desintegrado ante los miedos que nuestra conservadora mente ha proyectado hacia los cambios. Incluso puede ser que nos sintamos un poco más fuertes, porque ahora podemos intuir que tenemos el control de nuestra vida, una vida que nunca pensamos que podíamos manejar, simplemente porque creíamos que esto era así.
Ahora, hemos tomado consciencia del SER.
Un pista: Este es el trabajo de nuestra vida, desintegrar el ego y realizarnos en la unión. Así que cuando antes empezemos, mejor. Suerte!!
- Alejandro Vaquerizo
Animado por mágicas lecturas, el libro “El poder del ehora” y las enseñanzas que a través de Brhama Kumaris he recibido sobre el Raja yoga.
Nada nuevo, nada que no hayan dicho ya mejor antes que yo. Pensamientos sobre el ego, el ser, la sombra, la presencia, la consciencia.